El Movimiento Auténtico es una práctica en la que el cuerpo se convierte en el principal canal de expresión y escucha. Se realiza en un espacio seguro, con los ojos cerrados, dejando que los movimientos surjan de manera espontánea, sin plan ni coreografía.
La persona se mueve siguiendo sus impulsos internos, mientras otra observa con presencia y sin juicio.
Esta práctica favorece la conexión con el mundo interno, la expresión de lo no dicho y la integración de experiencias a través del cuerpo.

Una sesión de Movimiento Auténtico suele tener tres momentos:

1. Preparación – un breve espacio de silencio o de pequeñas dinámicas que ayudan a conectar con el cuerpo y a disponerse a la práctica.

2. Movimiento – la persona se mueve con los ojos cerrados, dejando que surjan gestos, posturas o desplazamientos desde su interior, mientras otra observa con atención y cuidado.

3. Cierre y palabra – tras el movimiento, se abre un espacio para compartir la experiencia a través de la palabra, el dibujo o la escritura, integrando lo vivido.

Cada sesión es única y se adapta al grupo y al momento, respetando siempre el ritmo y las necesidades de cada participante.

No, no es necesario. El espacio está pensado para cualquier persona que quiera explorar y conocerse a través del movimiento y la autenticidad.